VACÍO EXISTENCIAL: lo que nadie nos dice.


En el camino de la vida pasamos por muchas etapas que, aunque tal vez sea difícil de aceptar en este momento, son totalmente necesarias para poder crecer, formarnos y evolucionar como personas. Desde la niñez estamos aprendiendo sobre lo bueno, lo malo y los valores que debemos seguir, en la juventud decidimos qué es bueno, qué es malo y los valores que queremos seguir y en la adultez simplemente aplicamos lo que decidimos muchas veces cambiando de criterio; conociendo bien que somos lo que somos por lo que hemos vivido. Llega un momento de la etapa que por lo general sucede cuando se avanza en la juventud y que no a muchos les gusta hablar: el vacío existencial. Nos inculcan creencias, posturas y criterios que al crecer -si nos fijamos- vamos decidiendo qué influye y qué no, por lo tanto vamos siguiendo los pasos de quienes hemos aprendido y decidido ser pero eso no es suficiente para sentirnos en plenitud.
Puedes hacer las cosas que te gustan, aprender a querer las que te inculcan, decidir sobre lo que quieres y hacerlo, tener la vía ideal para lograr tus metas y aún así eso no es suficiente, sientes que te falta algo más. Conocemos casos de personas que aparentemente tienen la vida ideal con el cuerpo perfecto, el sueldo de ensueño, la pareja envidiable, los mejores amigos y la familia amorosa que cualquiera desearía tener –exacto– cualquiera que no sepa lo que realmente importa en la vida y esos son los que creen que esas cosas dan la felicidad que llena el vacío existencial.

Mientras vas estableciendo los pasos a seguir para alcanzar tus anheladas metas, aprendes que a veces lo que quieres no es lo que te conviene y lo que te conviene no es lo que otros quizás entiendan que es lo mejor para ti. Dedicar tiempo a estudiar eso, ir a esa universidad, trabajar en esa área, darle la oportunidad a esa persona, cambiar de residencia, iniciar una vida lejos, alejarte de esa familia o personas, son cosas que nunca te harán sentir completo por más ánimo que le pongas si no cambias de mentalidad y entiendes, que al hacer eso debe ser SIEMPRE porque es lo que tu necesitas hacer por tu bien. Pero en primer lugar, debes conocer qué es el bien para ti.

Una de las razones por las que la gente consuma el vacío existencial es debido a no poder ser quien le han diseñado que debe ser, por no poder cumplir eso que se supone que debió realizar, por no alcanzar eso que debió lograr y todo eso se resume a no cumplir con expectativas de otros que las conviertes en tuyas sin un verdadero fundamento que te defina y te dé privilegios propios en el puesto uno, dos y tres de tu vida.


Y te preguntarás ¿Cómo se siente vacío existencial? Pues sientes que no importa lo que hagas, nada es suficiente. Te ves rodeado de personas y te sientes solo. Rodeado de amor y te sientes sin nada. Sientes que no cuentas con nadie y que quien quisieras no está para ti aún cuando lo esté pero no como tú quieres. Sientes que te falta algo pero no sabes qué,  que en ocasiones la vida no vale nada y que todo lo que tienes no es nada.

El vacío existencial (entre otras razones) puede partir de dos momentos: cuando logras lo que crees que quieres o cuando no lo logras. Cuando lo logras porque crees que teniendo o cumpliendo eso vas a sentir plenitud dentro de ti pero cuando pase la algarabía y no te sientas conforme o pase el tiempo y descubras que eso NO lo era todo para ser feliz, te sentirás vacío… perdido. Comprenderás que hay cosas que a pesar de que las quieras, cuando buscas felicidad en lo material no tienes tranquilidad mental porque vivir para ganar cosas, no es vivir sino complacer. La otra cara de la moneda es cuando no logras cumplir con un propósito, sientes que no eres suficiente, que eres un perdedor y no mereces eso que quieres porque te esforzaste, diste todo de ti, hiciste lo que debías hacer y aún así el destino no te dio lo que querías entonces es cuando te sientes vacío. En adición, perder a un ser querido puede ser un detonador para generar la sensación de vacío existencial porque ya no se tiene lo que se consideraba como la razón de vivir.

Pero ¿Qué es lo que nos hace sentir vacíos? Y la respuesta es simple la AUSENCIA DE AMOR PROPIO. Muchos pensarán que eso no es suficiente para llenar ese vacío que se siente por dentro y tienen razón, no es suficiente: es más que eso porque no llena el vacío, lo desaparece.
No hay nada más fuerte para una persona que lo que está en su cabeza. En ocasiones nos hacemos mundos de cosas que realmente no existen pero creemos en ellas y de esas pequeñas cosas del ‘deber ser’ se desata un sinnúmero de hechos irreales que se supone que debieron pasar y que al no pasar, ya no somos esa gran persona que creíamos o que podíamos ser. Nos sentimos vacíos porque nadie nos enseña a querernos, aceptarnos y valorar lo que somos. Nos sentimos solos porque por la percepción de afuera creemos que necesitamos que se cumplan los estigmas sociales. Todos en algún punto nos damos cuenta de que lo único que queremos es ser felices y el hecho de no amarse a sí mismo provoca insatisfacción con todo lo que nos rodea.

¿Cómo saber si el amor propio es la respuesta al vacío existencial? Por las siguientes razones: Cuando te amas no necesitas cumplir con lo que te inculcan si no te hace feliz porque aprendes que nada es más importante que tu felicidad, aprendes que cuidarte en todos los sentidos es sinónimo de quererte como nadie jamás lo hará, ejecutas las cosas que realmente quieres sin necesidad de que cumpla o no con los requisitos de un tercero porque entiendes que lo que tu quieres siempre es más importante que lo que piensen los demás porque sus deseos no te harán sentir feliz, te das cuenta de que necesitas poner límites enseñándole a los demás que hay ciertas cosas (como la negatividad y la cizaña) que no necesitas escuchar y por lo tanto no escucharas sin importar de quien provengan. Aprendes a cuidarte de forma tal que cuando no logras algo entiendes que está bien porque la vida te dará algo mejor, le enseñas a los demás que por tu bien desechas todo aquello que pueda afectar tu salud mental porque no necesitas eso en tu vida.
Cuidar de ti siempre te da razones para estar bien porque te muestra que es lo único que necesitas para ser feliz. Conlleva renunciar a cosas, metas y personas solo por el simple hecho de que no aportan a tu crecimiento personal y solo causan en ti un malestar negativo y pesimista que no requieres cultivar pero que en su momento fueron ineludibles para enseñarte lo que NO necesitas.

No mereces estar triste ni sentirte incompleto porque ya eres completo por el simple hecho de ser tú. Tienes cualidades que en el fondo de ti sabes que pocos tienen y eres una persona única en todo tu ser, deja de desperdiciar el tiempo pensando en lo que debes y haz lo que sientes por amor a ti, por que quieres ser feliz, porque necesitas sentir plenitud cuando te preguntes al espejo cómo estás y porque lo vales. Si no lo merecieras no pudieras sonreír pues sonreír es la expresión del alma hacia la vida.

Quererte implica respetar tus límites porque es tu mecanismo de defensa para salvaguardar tu esencia, tu paz y consecuentemente la plenitud que te guía a la felicidad.
Cuando vas acorde con tu ritmo real de quien eres en verdad, lo de adentro hace consonancia con lo de afuera y te das cuenta que no necesitas aparentar porque lo que sientes te da paz y eso se nota.

Cambiemos la teoría sobre ‘‘llenar’’ el vacío existencial porque llenar algo implica que en algún momento y nueva vez, podría estar vacío. No llenes el vacío existencial, desaparécelo… Entonces, ¿Qué hacer para desaparecer el vacío existencial? Solo tres cosas que probablemente sean las más difíciles del camino: QUIÉRETE, RESPETATE Y VALORATE.

¿CÓMO QUERERTE? Cuidándote es la mejor forma. Aprende a conocer quién eres, lo que eres y por qué lo eres; entenderás que siempre has sido más que suficiente, tómate en cuenta siempre para todo en primer - segundo y tercer lugar, aprende a diferenciar lo que necesitas y toma decisiones en base a eso que probablemente serán drásticas. Consentirte es siempre importante porque aprendes que no necesitas a nadie más para sentirte conforme contigo mismo. Forja criterios y hábitos de vivencia para convivir contigo y aplícalos cada día. Proponte una meta diaria, una meta simple que puede ser incluso hasta sonreír y cúmplela. Del mismo modo, ve subiendo de nivel en las metas propuestas siempre con miras a erradicar cualquier sentimiento o actitud de índole negativa o intolerante (eso incluye perdonar a quienes te han dañado). Aprende a decir NO por el simple hecho de que no quieres ir a ese lugar o hacer eso. Dedícale tiempo a tu crecimiento personal y desarrolla mejor tus habilidades. Dedícate un piropo frente al espejo, porque sí - porque puedes y lo mereces por ser simplemente tu. Alimenta tu cerebro con libros, frases, artículos o videos que te hagan recordar lo bello que es vivir.

¿CÓMO RESPETARTE? Poniendo límites a todos aquellos que quieran guiar tu vida como si fuera de ellos. De esas elecciones que hiciste al decidir quererte, sé drástico al respetarlas y cumplirlas pues  será muy difícil y perderás muchas personas pero al final, si es por tu propio bien le agradecerás a la vida y a ti mismo, una y otra vez por eso. Entiéndete siempre con razones, no con excusas. No te engañes, enfrenta tu realidad con valor y firmeza para que así aprendas a salir a flote ante cualquier circunstancia. Esfuérzate en hacer las cosas y cuida de ello. No permitas que nada intervenga entre tú y tus decisiones. No toleres opresiones de personas que solo señalan y no hacen. No te permitas suprimir pensamientos ni pensar demás, porque en el exceso está el daño. Respeta tu cuerpo, tu mente, tu tiempo, tus decisiones y tus preferencias en cuanto a todo. Sé firme para no escuchar lo que no necesitas en tu vida. Controla tus pensamientos y haz las cosas que debes hacer por ti aunque tú mismo quizás no quieras.

¿CÓMO VALORARTE? Después de aprender quién eres, lo que quieres, forjar tus propios criterios, saber qué es bueno para ti, consentirte, respetarte, cuidar de ti, eliminar todo lo que pueda dañarte, poner límites a ello, ser sincero contigo mismo y ser firme al respecto, como aprendiste tu valor solo necesitas recordártelo cada día teniendo presente lo mucho que te costó llegar a ser quien eres, poner en práctica lo aprendido y fluir… porque te darás cuenta que la paz mental vale más que cualquier cosa que se pueda comprar.
Para para una mejor comprensión de vivir y antes de querer que alguien más que te quiera, te respete y te valore es necesario que lo hagas tu mismo. El mayor valor del ser humano es el respeto y cuidado a sí mismo.

Amándote a ti mismo te prometo que caerás pero así mismo te prometo que podrás siempre levantarte. De ti, por ti y para ti, porque nadie te necesita más que tú mismo.


Comentarios

  1. Excelente contenido. Querida Holly. Palabras con esencias de peso!

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