EL EFECTO COLATERAL DEL DOLOR
Definitivamente si, estamos claros que los efectos que causa el dolor pueden aumentar la pena y volvernos otra persona al instante. Es muy difícil lidiar con el dolor porque resalta lo más profundo de lo que somos, conocemos fases de nosotros que cuando volvemos en sí nos parece increíble haber llegado hasta ese punto, pero nadie analiza a profundidad qué motiva el dolor.
Las decepciones, traiciones, pérdidas, metas no alcanzadas, disgustos,
malos tratos, acciones o insultos desmedidos -con o sin intención- y un sin
número de situaciones pueden herirnos al punto tal de que en principio perdamos
la voz al tratar de expresar lo que sentimos a causa del dolor. Según la RAE,
el dolor es la ''sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por
causa interior o exterior'', es algo que nos quebranta, atormenta y
entristece desde donde nacen los sentimientos más puros del corazón. El dolor
nos envía directo al abismo de la soledad.
• ¿Qué sentimos cuando estamos realmente dolidos? una explicación tal
vez más familiar y quizás no tan sensata para los científicos, es el hecho de
que perdemos color y sentimos nubosidad. Es como si se derrama una lata de
pintura negra sobre todo el arcoíris de nuestro interior causando daños
irreparables a la obra de arte que somos... es no comprender con claridad el
por qué o para qué sucedió, pero si sentir en lo más hondo un calvario. Es una
herida abierta que con el roce del aire te vuelve a estremecer y te encuentras
en medio de un tornado sin cobijas, techo ni apoyo. El dolor es tal que puede
llegar a estremecerte y reflejarse de manera física causando cualquier tipo de
alteración al funcionamiento del cuerpo humano, relacionado en muchas ocasiones
con la cabeza, la espalda o el estómago.
• ¿Por qué hay personas que nos causan dolor? eso siempre dependerá del
escenario, pero si hay algo que debemos tomar en cuenta es que a veces las
mismas personas no saben que ni por qué lo hacen, otras tienen la intención de
herir porque están heridas y otras porque han decidido tomar otra dirección que
entienden que es a su favor, pero independientemente de las razones, el dolor
siempre es necesario para empujarnos a crecer. El valor del amor toma más auge
cuando sentimos de raíz el dolor.
• Qué hacemos cuando estamos dolidos? lloramos desconsolados, hablamos
desde la penumbra, guardamos rencor, herimos a personas inocentes, dejamos de
cuidarnos, sobre analizamos cada mínimo detalle, repasamos la situación
intentando cambiarla, tratamos de conocer otros puntos creyendo que exageramos,
que no entendemos los hechos o justificando la rabia, cuestionamos miles de
cosas que jamás deberíamos poner en duda y más que nada, normalmente nos
restamos valor. Dependiendo de la profundidad, tocamos esa fibra que nos cambia
la vida entera.
Muchas de las cosas que pensamos ante el dolor es que la vida es
injusta, que nacimos para sufrir, que no merecemos lograr lo que queremos, que
Dios no nos escucha, que no podemos más y realmente, es cuando más fuerte
somos. Hay personas que pierden la guerra porque nadie les recordó que sí se
puede, porque nadie les dijo que no importa lo que suceda siempre se puede
alcanzar la luz o que simplemente se rindieron ante todas las circunstancias
que enfrentaron cuando sentían que no podrían más y si somos honestos, es muy
comprensible, porque no todos pensamos, comprendemos y actuamos de la misma
manera y tampoco tenemos por qué hacerlo. Una persona que pone fin a su vida no
es débil porque nadie sabe cuánto tuvo que pasar para llegar al punto de
entender que era la única salida para liberar su dolor y no hay peor enemigo
que nuestra propia mente, pero eso solo lo comprenden quienes han tenido la
obligación de enfrentarse a la depresión y la ansiedad porque entienden en
demasía esa necesidad desesperada de poder respirar y soltar ese pesar porque
la mente es capaz de cambiar, sacrificar y moldear cualquier mundo si la
dejamos fluir, causando daños catastróficos a nuestra esencia.
A esta altura de la vida no todos se imaginan la fortaleza mental que se
necesita y lo que implica tomar la decisión de seguir hacia delante cuando
nuestra mente nos muestra que realmente no vale de nada el esfuerzo. Es
mantenerte en contra vía de quien en tu interior crees que sabe mejor que nadie
lo que eres, lo que mereces y lo que vales. La fuerza más grande de una persona
se refleja cuando asume tomar el control y mandar a la mierda todo lo
perjudicial.
Siempre nos dicen que el tiempo cura las heridas del alma, pero sin
trabajar en nosotros mismos el tiempo solo cubre mínimamente su color sin
mostrar que mientras más tiempo transcurre, más crece el hueco en que habita el
dolor y su profundidad nos hace creer que ya no nos afecta... el perdón que nos
damos y que otorgamos basado en la comprensión, es la clave esencial de la
evolución. No necesitamos saber por qué nos hiere esa situación o nos causan
daño, solo podemos aprender que en ese momento de la vida era lo que
necesitábamos para poder transformarnos en nuestra mejor versión. El tipo de
vida en que crecemos, las creencias que nos imponen, el ambiente que nos rodea,
el tipo de ejemplos a seguir que tenemos, nuestra personalidad y decisiones
personales influyen en nuestra forma de ser, pero no definen qué tan fuerte
somos y cuánto podemos llegar a ser.
Tratar el dolor nos enseña a crear firmeza y nos empuja a hacer las
cosas que en el fondo no queremos pero que necesitamos; el dolor en el tiempo
no sana, lo que sana es el perdón y de no ser así no existiera tanta gente
afligida con solo tocarle una fibra de la situación que no han superado. Cuando
perdonas eres capaz de remover ese color negro que empaña tu ser, puedes hablar
abiertamente de eso que te afecta, comprendes todos los escenarios sin
justificar una mala acción y liberas tu alma de esa carga que te mantiene
pesado.
Parte de lo que te enseña el amor propio es a perdonar y perdonarte,
enfocar los pensamientos positivos y controlar los negativos, conocerte para
centrarte en quien realmente eres, lo que vales y te hace reconocer que mereces
el mundo por el hecho del ser humano que eres creado para ser y dar vida, con
un hermoso propósito al estar en la tierra que implica más allá de tener una
única misión. A ti que lees en este momento, te puedo asegurar que no hay NADA
en esta tierra que no podamos superar y por más que sientas que no puedes,
siempre hay una salida porque vales por quién eres y nunca es tarde para
colocarse de pie firmemente y continuar por más pesada que sea la carga. Tu
fortaleza mental no se mide por cuánto soportes, sino por cuánto estás
dispuesto a hacer para alcanzar el bienestar que necesitas, aunque eso vaya en
contra de tu propia forma de ser... admitir que necesitamos ayuda es tener más
fortaleza y valentía que creer que podemos con todo.
El dolor nos hace crecer cuando lo canalizamos de una manera que nos
impulsa a mejorar como personas, a valorar quiénes somos y a darnos el lugar
que aprendemos a determinar que merecemos. Si la vida fuera un auto, el dolor
es el aceite del motor de la fuerza de voluntad y haciendo las paces con la
vida, comprendo que el dolor es imprescindible para evolucionar.
Eres capaz de recordarte cada día por qué es importante dejar fluir el
dolor, encargarse de él aunque sientas que no puedes, tomar decisiones
drásticas que te permitan cambiar tus sentimientos y superar cualquier cosa que
turbe tu paz.
Que nunca se te olvide que, con fe, no hay nada en esta vida que no se
pueda superar.
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