La libertad de expresión dentro del marco jurídico-social

La libertad de expresión es un derecho consagrado así en el artículo 49 de nuestra Carta Magna, el cual dispone: ‘‘Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa’’, sin embargo a través de los años tanto las personas como los medios de comunicación se han encargado de tomarlo como base para abusar de él y convertirlo en su arma perfecta.

Este derecho tiene como fin permitirle a la sociedad tener una opinión propia la cual pueda compartir sin ser perseguidos a muerte como ocurría en años anteriores; busca incentivar a los ciudadanos a que puedan crear un criterio exclusivo y a formar nuevas ideas que procuren alentar, informar y advertir a todos los interesados en la protección del orden público y la sociedad. Este derecho es un poder y por lo tanto necesita un límite, por lo que, el ejercicio de éste se encuentra regulado por la Ley 6132 del 15 de diciembre de 1962, sobre Expresión y difusión del pensamiento, que a pesar de añorar a gritos una reforma, procura regular la libertad de expresión haciendo mención tanto a quién se le procure difamar o incurrir en injuria como el medio utilizado para lograrlo.

Atendiendo a que la ley sobre Expresión y difusión del pensamiento pretende castigar a todo aquel que participe directa o indirectamente en la propagación de noticias, informaciones de orden público que sean falsas o hayan sido falsificadas, así como también cuando sean de orden privado independientemente de si es verídico o no, la libertad de expresión sigue siendo un arma de doble filo.

Una de las facultades exclusivas de susodicha ley, es la obligación que impone a todo aquel que pretenda hacer llegar a la población una información o noticia el cual, debe mostrar su rostro, nombre, apellido y dirección, puesto que, así como la Constitución da el derecho a mostrarse libre para expresar el pensamiento  también cada idea debe tener un autor, no obstante esto no es suficiente.

Dentro de la educación hogareña y/o escolar es que el ser humano se va forjando para incrementar su capacidad de expresarse y la forma en que lo haga determinará cuán desarrollada está su aptitud, ya que, consideramos que una persona que efectivamente pretenda llegar a los demás y comunicarse, teniendo claras sus ideas, entendiendo que su tiempo es demasiado valioso como para difamar/criticar/comentar sobre una situación en particular sin que aporte nada a su crecimiento personal ni al del prójimo, no lo hará a gritos o en forma irónica sino que buscará el modo pertinente y correcto para decirlo, logrando al final su objetivo.

Uno de los factores que influyen de forma directa en la sociedad son los medios de comunicación y la forma en que presentan sus informaciones es la clave que indica cuán regresivo se ha convertido la televisión dentro del marco educacional; los programas más vistos a nivel nacional, aparte de las noticias son los de farándula, pues en la mayoría de los casos se caracterizan mostrando la desdicha de muchos como una trágico-comedia incluyéndole generalmente un comentario destructivo que motiva a la población a comportarse de esa manera y apoyar sin sentido alguno esa forma de expresarse.

 El momento preciso donde cada ser humano entienda, comprenda, asimile y acoja como suyo el hecho de que la forma de decir las cosas lo es todo en el desarrollo efectivo de su vida podrá tener tiempo de sobra para ocuparse de sus asuntos, haciendo de sí mismo una persona capaz y sabia que procure marcar y hacer la diferencia a nivel mundial. No es que una persona no pueda hacer un comentario sobre una noticia y/o información de interés general, sino que, al hablar procure tomar en cuenta que sus palabras lo definirán como persona y de ese modo, si usted no aprovecha el tiempo de aportar algo nuevo y bueno a su vida y la vida de los demás habrá perdido tiempo irrecuperable y asimismo, estará contribuyendo al deterioro de la sociedad a nivel educacional. Muchos pensarán en criticar las leyes, el Estado, los funcionarios, los comunicadores y los artistas, pero pocos serán aquellos capaces de sobresalir de manera espléndida  entre la multitud por acoger como suyo que todo aquello que no aporte a su vida está demás dedicarle tiempo, de modo que, todo aquello que pronuncie querrá ser escuchado por los demás teniendo en cuenta que el ejemplo que dé como persona será la guía de todo aquel que definitivamente busque desinfectar su vida de malas vibras y seguir adelante siempre en busca del bien común.
El conocimiento es como un revólver con doble salida; si se usa maliciosamente se está disparando a sí mismo quien lo posee abriendo paso a la ignorancia mientras que, si se usa verazmente se estará educando a todo aquel que conoce la palabra ‘lógica’ pero que no la aplica.

La ley forma el equilibrio de poder entre la sociedad y el Estado, de modo que, una norma suprema sujeta a una ley débil y anticuada le faculta a la sociedad autoridad que destruye el Estado, convirtiendo a éste en un enclenque a la hora de procurar justicia en un tribunal por falta de tiempo para una reforma.
Para exigir el derecho se debe cumplir con el deber, y es deber de todo ciudadano el respeto a los demás. Marchar por el camino correcto no radica en señalar a quienes están mal, sino hacer un cambio para obtener resultados distintos y sembrar una semilla de capacidad y educación que ayude a formar personas con criterios que puedan aportar buenas costumbres al desarrollo productivo de la sociedad.


La libertad de expresión debe ser el poder usado por un individuo para comunicarse con el mundo y dar una idea sobre cómo formar un hoy mejor para que el mañana ya sea distinto, en vez de esperar un mañana mejor sin hacer nada para obtenerlo.  A pesar de que han pasado ya muchos años aún recordamos a nuestros héroes de la patria y fue Juan Pablo Duarte quien nos dijo: Aprovechemos el tiempo, frase que se ha repetido mucho pero que pocos son capaces de cumplir. Si la vida es oro, el tiempo es corto ¿Por qué no aprovecharlo y ser recordados por nuestra aptitud? Antes de tomarlo como lección del día, procura planteártelo como una meta y podrás ver y marcar la diferencia.


Pueden existir millones de leyes para regir una sociedad, pero hasta que el ciudadano no adquiere por sí mismo la ambición y capacidad de querer educarse y buscar todas las vías factibles para hacerlo sin la necesidad de expresarse ofendiendo a la colectividad, es hasta entonces que hablaremos de educación en una persona; mientras tanto, los pocos que efectivamente anhelan y realizan un cambio serán los maestros del saber en la comunicación eficaz que tendrán las puertas abiertas a nivel mundial. 

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