Toda decisión admite una renuncia & ésta, un sacrificio
En el mundo en que vivimos todo
es cuestión de ‘elegir’ y siempre estamos en constante puesta en prueba para
tomar una decisión. En las mañanas por ejemplo, debemos elegir qué usaremos,
qué tomaremos en el desayuno, qué debemos llevarnos al salir de casa, y entre
una decisión y otra, al fin y al cabo terminamos renunciando a lo que no
elegimos sin que nos cause gran afección. Sin embargo, a pesar de la puesta en
práctica tan frecuente de este ejercicio mental nos encontramos con elecciones
que pueden definir desde quiénes seremos en el futuro hasta cómo viviremos en
el presente, y es aquí entonces donde las decisiones toman un elemento crucial:
¡nuestra vida!, colocándonos muchas veces en la ‘cuerda floja’ y llevándonos a
realizar cambios de magna importancia en todo nuestro entorno social.
Las decisiones en nuestra vida,
se reflejaran como aquello en lo que nos enfocamos, olvidándonos de lo demás
para lograr un objetivo; esto es así, porque al tomar una decisión estamos
siguiendo un camino, un patrón que nos guiará hacia lo que sentimos y pensamos
que queremos, o muchas veces al camino que aunque no queremos, simplemente nos
conviene elegir, obligándonos a darle la espalda a aquello que rechazamos y que
será lo que nos enseñará tanto al final de la travesía.
En muchas ocasiones, al
plantearnos las ventajas y desventajas pensamos que lo único que logramos es confundirnos
más, pero no es así. Al plantearnos cada detalle de las posibles elecciones
siempre nos damos cuenta de qué es lo que en verdad queremos aún si la otra
opción ofrece mejores ventajas; la dificultad radica entre lo que queremos y lo que nos conviene. Podemos pensar en las mil
razones que tenemos para querer algo en especial, y las otras mil razones por
las que nos conviene todo lo contrario, eligiendo al final la que más nos
convence independientemente de lo que queramos o nos convenga, puesto que el
ser humano cuando dice que ‘no sabe nada’ en la mayoría de los casos, sabe al
menos ‘algo’ en lo más profundo de su ser.
Resulta que, aquello a lo que
renunciamos en un momento determinado logra invadir nuestro subconsciente
bombardeándonos con las incógnitas más populares: ¿Qué hubiera pasado si…? ,
¿Cómo estaría ahora si…? , ¿Qué hubiera sido de mi si…? , etc. & muchas
veces, son estas dudas las que nos colocan en la posición de la hormiga dentro
del frasco, la cual no sabe cómo salir de él siendo la culpable de haber
entrado conscientemente; hay personas que mientras se encuentran dentro del
frasco son susceptibles de llegar a caer en depresión y otras, recurren a
analizar si pueden volver a decidir y si no, se conforman con lo que habían
elegido.
A pesar de la encrucijada en
que nos coloca el tomar decisiones, y al tener que elegir entre una vía y otra
se hace obligatoria la renuncia tácita de lo que no elegimos, debemos tener en
cuenta lo siguiente:
ANTES DE ELEGIR:
1) No permita que las
críticas en forma irónica de comentario afecten lo que usted en verdad desea,
pues al final quien tendrá que vivir con esa decisión y aprender de ella es
única y exclusivamente usted, que para eso, existirán siempre las críticas pero
absolutamente nadie estará dispuesto ni podrá vivir por usted.
2) No quiera tomar de guía
la vida ajena, pues lo que el otro ha vivido ha sido por mérito propio e
independientemente de lo muy parecido que puedan ser sus vidas, a menos que usted
tenga el mismo nombre, apellido, familia y conserve el mismo cuerpo que esa persona,
nunca serán los mismos; puede tomarse de referencia su vida pero no seguir los
mismos pasos para al final evadir la culpa en caso de arrepentimiento.
3) Sea egoísta, y me explico: no es que usted solo pensará en usted;
simplemente que a pesar de las ventajas o desventajas que pueda ocasionarle a
un tercero, al fin y al cabo el resultado de su decisión perjudicará o
favorecerá directamente a usted, y es usted quien deberá afrontar todas las
consecuencias que surjan y asimismo, vivir con eso el resto de su vida.
4) Asegúrese de tomar la
decisión que usted en verdad considere mejor y desee, independientemente de
si es lo que quiere, si le conviene, si no está seguro. Recuerde que la
seguridad al tomar una decisión solo puede ser proporcionada por uno mismo, y
es por la inseguridad que viene el arrepentimiento.
CUANDO ELIJA:
1) Limítese a dar demasiadas explicaciones; solo dé las que usted quiera
y considere necesarias, pues al momento de las críticas todo el mundo
preguntará e indagará en lo que lo motivó a tomar esa decisión y tratarán de
hacerlo cambiar de parecer.
2) Enfóquese en su decisión. Pues ésta no servirá mucho si usted se
enfoca en lo que pasaría si hubiera elegido la otra, si se aseguró de lo que
quería y eligió, ¿para qué perder el tiempo si puede aprovecharlo?
3) Si surge un imprevisto deje las quejas para otro momento y afronte la
situación. Si usted eligió no pretenderá de que todo sea fácil y el
quejarse al final NO servirá de nada, pues recuerde –Usted ya eligió-; el
enfoque es para que todo salga mejor de lo previsto y estar atento a cualquier
inconveniente.
4) Sea feliz con la decisión elegida. Usted tuvo el tiempo suficiente,
las opciones, las referencias y todo aquello necesario para que pudiera asegurarse
de la decisión tomada, entonces ¿qué le queda? Enfocarse, seguir adelante y
mantener firmemente su decisión, recordando que es fruto de lo que usted desea
y considera mejor.
DEBEMOS
TOMAR EN CUENTA QUE: Toda decisión conlleva una renuncia,
& toda renuncia es un sacrificio. Cada sacrificio que haga el ser humano en
la vida constituirá la privación de una cosa para obtener y luchar por otra, y
éste sacrificio siempre será compensado de buena forma al final del camino.
Si tuviste que elegir y fuiste
capaz de hacerlo, hazlo con honor, sencillez y firmeza porque si de algo debes
estar seguro es que nadie va a elegir por ti mejor que tú mismo que conoces lo
que quieres y sabrás lo que te conviene.
Decidir es pensar, convencer, asegurar, sacrificar, elegir y accionar; teniendo siempre en cuenta que nuestro éxito vendrá dado por los sacrificios que estemos dispuestos a realizar, para al final, jactarnos con una sonrisa del camino transcurrido y agradecer a Dios por las pruebas que interpuso en el trayecto, y solo así servir de ejemplo para la sociedad.
Excelente! Sin desperdicios, eres una maravilla transmitiendo ideas. Realmente como expresas decidimos todo el tiempo una veces cosas sencillas y otras no tanto, lo importante es ponderar y analizar la elección.
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